Existen tres capas en la mayoría de los profesionales que pueden activarse para potenciar su rendimiento. Si es capaz de descubrir estas tres capas y aplicar acertadamente las estrategias que despiertan estos tres niveles de optimización, podrá ayudar a las personas de su equipo a superar las barreras en el desempeño y aumentar los resultados. 1. Las fortalezas. Ayude a las personas que trabajan con usted a descubrir, desarrollar y perfeccionar sus puntos fuertes. Una vez que haya puesto en marcha este proceso de mejora, compruebe su evolución y efectúe una nueva distribución de las cargas de trabajo en función de los nuevos resultados obtenidos en las capacidades de los profesionales de su equipo. Cada éxito que obtengan las personas que se hallan bajo su responsabilidad deberá ir acompañado de una felicitación y un reconocimiento, así como de la explicación del proceso de desarrollo planificado inicialmente. 2. Los estímulos. Esfuércese por conocer lo que motiva a los miembros de su equipo para, de esa manera, utilizar los estímulos correctos para ayudarlos a superarse a sí mismos y perseverar. Deberá ser consciente de que no todas las personas necesitan la misma fuente de motivación; por ejemplo, a algunas personas, los retos las hacen crecerse, mientras que a otras las desaniman por completo y funcionan mejor con objetivos progresivamente más exigentes. 3. Los estilos de aprendizaje. Tómese su tiempo para comprender bien la forma en la que procesa la información cada una de las personas de su equipo. Existen tres estilos fundamentales: - Las personas con tendencia al análisis necesitan descomponer las tareas por partes para comprenderlas en su conjunto. - Los perfiles más tendentes a la ejecución prosperan cuando se les deja espacio para la dispersión; se toman más tiempo, pero aprenden de sus propios errores. - Los observadores suelen necesitar ver el resultado global del proceso para extraer la lección después de la experiencia. Referencias: Confederación Española de Directivos y Ejecutivos |