Saturday, 1 May 2010

La mala gestión del tiempo.


Todos podemos hacer lo que nos plazca con el tiempo del que disponemos, aprovecharlo o desperdiciarlo; es nuestra decisión. Pero cada segundo que ha pasado, ha pasado para siempre.

Bruce Lee.

Cada uno de nosotros dispone de la misma cantidad de tiempo: 60 segundos en un minuto; 60 minutos en una hora; 1.440 minutos en un día; y 525.600 minutos en un año. La mayoría de la gente afirma que le falta tiempo para todo, y sólo una ínfima minoría dicen que realmente saben sacarle partido a su tiempo. Esos pocos lo consiguen mediante una gestión efectiva de su tiempo.

La Gestión del Tiempo se refiere a cómo controlar el uso del recurso más valioso, y menos valorado, del que disponemos. Trata de cómo gestionarnos a nosotros mismos en relación con el tiempo. Es establecer prioridades, hacerse cargo de cada situación y de la utilización del tiempo. Significa cambiar aquellos hábitos o actividades que ocasionan pérdidas de tiempo. Es tener predisposición para adoptar hábitos y métodos que nos permitan sacar el máximo partido a cada minuto del que disponemos.

Cuando contamos con buenas habilidades de gestión del tiempo también estamos en control de nuestros propios niveles de energía y estrés. Podemos encontrar, entonces, un equilibrio entre la vida familiar y el trabajo diario. Hayamos más fácilmente la flexibilidad necesaria para responder a acontecimientos inesperados o nuevas oportunidades.

No se trata de la cantidad de tiempo de que disponemos, sino del uso que hagamos de él.

En nuestro mundo, el tiempo pasado no puede ser reemplazado por otro, ni podemos crear más tiempo. Un minuto desperdiciado es una oportunidad perdida de haber hecho algo con valor para uno mismo. Por tanto, la cuestión es de qué modo empleamos nuestro tiempo.

SÍNTOMAS DE UNA MALA GESTIÓN DEL TIEMPO

Una pobre o mala gestión del tiempo se pone de manifiesto, habitualmente, mediante algunos síntomas típicos que son fácilmente perceptibles.

Las personas que presentan alguno/s de los siguientes síntomas no estarán gestionando su tiempo adecuadamente.

PRISA CONSTANTE. Personas que siempre tienen prisa, que todo lo quieren para “ya”, que corren entre reunión y reunión, para las que todo es urgente.

RETRASOS FRECUENTES. Personas que tardan en contestar, que llegan tarde a reuniones o que las retrasan constantemente. Personas que han de facilitar informes o información en un plazo y que rara vez lo cumplen. Es habitual que se les tenga que pedir una y otra vez que nos contesten (e-mails, llamadas de teléfono, etc.), y con relativa frecuencia esas contestaciones o no llegan o llegan tarde y con mala calidad.

DESMOTIVACIÓN, BAJO RENDIMIENTO, AGOTAMIENTO VISIBLE: Personas para las que con habitualidad se encuentran saturadas, sobrecargadas de tareas. Lo “tocan” todo, pero acaban gestionando muy pocos asuntos de modo efectivo. No se dejan de hacer cosas, pero el rendimiento es escaso y el coste invertido, como resultado de esta mala gestión, tiende a ser muy alto.

FRUSTRACIÓN: Personas que suelen comentar que no entienden “cómo es posible que aún sigamos así”, que creían que “ese tema estaba ya solucionado, pero no lo está”. La ineficiencia y la mala organización acaban por desembocar en una sensación de frustración cuando se hace patente que la gestión “no marcha”. No se analiza realmente el porqué (eso debería ser lo importante) sino que nos quedamos en la sensación de frustración y de impotencia, culpando muchas veces a los demás.

IMPACIENCIA: Personas que continuamente demandan de su equipo, colegas, subordinados, etc., por aquél informe que pidió, por aquél otro resultado, por tal o cual respuesta… Y todo se quiere ahora, inmediatamente. Esta impaciencia premia lo “rápido”, esté bien o mal, más que lo “adecuado” y los resultados son, por tanto, no siempre adecuados.

CONSTANTES DUDAS ENTRE DIFERENTES ALTERNATIVAS: Personas que constantemente dudan entre qué hacer, qué opción escoger, qué alternativa elegir. Dudas que en gran parte son el fruto de las precipitaciones y la falta de análisis, lo que finalmente desemboca en una deficiente apreciación de el estado real de la situación, las opciones disponibles y el mejor curso de acción a implementar teniendo en cuenta todas estas circunstancias.

DIFICULTADES EN LA DEFINICIÓN Y EL ALCANCE DE METAS: Personas que no planifican, que actúan a corto plazo y que un día sí y otro también toman un curso de acción distinto en función de variables que antes no se habían considerado. Como no se definen metas, éstas no se pueden alcanzar.

Se podrían haber citado más características, pero las anteriores ya suman gran parte del perfil definitorio de estas personas que gestionan mal su tiempo.

Al final, el tiempo es el mismo para todos. Un minuto es un minuto en todas partes. ¿Hacemos un buen uso de nuestro tiempo? ¿realmente sabemos sacarle partido a nuestro tiempo?