Sunday, 27 May 2012

Las relaciones humanas: activo estratégico para la empresa del siglo XXI

En el nuevo paradigma, el éxito y la supervivencia misma de las organizaciones pasa por establecer redes de relaciones y verdaderos grupos de cooperación que generen valor añadido (tanto grupos internos como grupos establecidos con todos losstakeholders externos: clientes, accionistas, proveedores, mercado, medios de comunicación y sociedad en general).
Las relaciones humanas son el principal activo estratégico de cualquier organización, seguido por el conocimiento (activo dinámico que puede mejorar o empeorar en el tiempo pero que nunca se mantiene igual) y por las actitudes y habilidades para la cooperación entre las personas. Cuando las relaciones interpersonales se utilizan cooperativamente y con generosidad, bajo enfoques de ganar / ganar, los conocimientos corporativos crecen exponencialmente y se generan ventajas competitivas que caracterizan a las empresas excelentes. Por ello, las organizaciones, los directivos y todas aquellas personas que realizan algún tipo de actividad profesional, ya sea por cuenta propia o ajena, deben dar a las relaciones humanas la relevancia que estas tienen y realizar un esfuerzo metodológico y estructurado por desarrollarlas y mantenerlas.
Como afirmaba Peter Drucker, una empresa es un sistema de conocimientos puesto al servicio del mercado, pero lo cierto es que sin las relaciones humanas adecuadas los conocimientos se deterioran y con ello las empresas y sus resultados. Es importante asumir que una organización no es más que la suma de las personas que la componen, del conocimiento que éstas tienen (parte del cual es conocimiento institucional) y de la red de relaciones que cada una de estas personas ha generado a lo largo de su vida hacia dentro y hacia fuera de la propia organización. Trate de imaginar una empresa aislada del resto de organizaciones sociales que genere beneficios y, sobre todo y más importante, que genere riqueza y progreso para la sociedad ¿Imposible, verdad? Una empresa aislada no conseguiría financiación para poner sus ideas en marcha, no tendría clientes a quienes vender sus productos o servicios y sufriría un rápido deterioro de sus conocimientos.
Con demasiada frecuencia vemos casos de organizaciones ancladas en modelos demanagement del pasado, con directivos que maltratan sistemáticamente a sus colaboradores o con compañeros de trabajo con relaciones viciadas que no están alineados hacia la consecución de metas comunes. Empresas que no mantienen una buena relación con sus proveedores a los que exigen prestar servicios o vender productos a precios que hacen de sus negocios algo inviable, o que no dan a sus clientes la importancia trascendental que estos tienen.
Por todo ello, gestionar las relaciones interpersonales ya no es una cuestión de actitud, de si me apetece relacionarme con otros o no, sino que se trata de un asunto de supervivencia (para las personas y para las organizaciones). Nuestra obligación, trabajemos como autónomos o por cuenta ajena, es siempre la de cultivar relaciones profesionales, porque ideas en las empresas hay muchas pero sólo pueden ser implantadas cuando se han construido vínculos de confianza entre las personas. Es imposible poner en marcha iniciativa empresarial alguna ni alcanzar metas si no contamos con la confianza de una red de relaciones compleja. Hoy en día hacer empresa significa necesariamente cultivar relaciones humanas.
Gestionar adecuadamente la red de relaciones no sólo es importante para las organizaciones, también lo es para las personas. Queramos o no, todos los días nos relacionamos con muchas personas que ocupan diferentes puestos en el mundo empresarial y cuanto mejor lo hagamos mayores probabilidades tendremos de triunfar personal y profesionalmente, y más a gusto nos encontraremos con nosotros mismos.
¿Cuáles son las características de las relaciones humanas que caracterizan a las empresas excelentes?
Para que las relaciones humanas den lugar a empresas excelentes deben ser adecuadas, correctas, cordiales, corteses, inteligentes y fluidas. No es necesario, por el contrario, que sean cariñosas o divertidas; en cambio, resulta imprescindible que estén basadas en el respeto, el diálogo y la confianza.
Las empresas con directivos y colaboradores que realicen un esfuerzo para que sus relaciones interpersonales sean adecuadas tendrán más posibilidades de alcanzar mejores resultados, ser más eficientes, reducir riesgos y acumular un mayor stock de conocimiento y, por tanto, de intangibles que leas diferenciarán de forma constante del mercado. Esos intangibles basados en las personas y en la gestión del conocimiento que ellas mismas crean y comparten es una de las principales fuentes de la innovación, que se produce gracias al soporte de una buena red basada en la confianza.
Ninguna organización, independientemente del tamaño o sector, puede permitirse el lujo de contar entre sus colaboradores con personas que crean que no deben gestionar y ampliar su red de relaciones o que no deben mejorar sus conocimientos.Esa red, ese intangible es una fuente de innovación abierta, de comunicación hacia el exterior… en definitiva, de ventas y progreso.
Las relaciones interpersonales en las empresas heterogéneas
Hoy en días las organizaciones son cada vez más heterogéneas. La mujer se ha incorporado al mundo del trabajo, las organizaciones se han globalizado y por lo tanto en muchas conviven diferentes prácticas. En las empresas trabajan conjuntamente Baby Boomers con jóvenes de la Generación Y. Aproximadamente 3 de cada 100 personas del mundo han migrado de sus países de  orígenorigen para trabajar en otros territorios, lo que convierte (sobre todo en grandes ciudades muy dinámicas) a las empresas en un lugar de intercambio cultural. Todo ello exige adaptación para aprovechar nuevas oportunidades que esa diversidad ofrece.  
¿Cuáles son las claves para que las relaciones sean adecuadas en este nuevo entorno?
  • Hacer un esfuerzo por desarrollar la empatía para comprender las emociones, inquietudes, miedos, anhelos, etcétera, de las personas que nos rodean.
  • Respetar y entender profundamente todas las culturas, aceptar lo que cada una tenga positivo e intentar disimular lo peor de cada cultura con lo mejor de las otras.
  • No pretender que todas las personas sean iguales pero sí tratar de que todas trabajen dentro de unas mismas prácticas que hagan posible el trabajo en equipo y que permitan prestar el mejor servicio a los clientes.
  • Establecer políticas de gestión de personas que sean a la vez lo suficientemente rígidas para que no existan discrecionalidades y para que todos los trabajadores puedan gestionar desde el principio sus expectativas y  lo suficientemente flexibles como para que cada trabajador pueda dar a la organización su máximo posible y recibir de la misma también lo máximo posible, de forma que trabajador y organización estén alineados en cuanto a lo que cada uno aporta al otro en cada momento.
La capacidad de mantener relaciones profesionales tiene mucho que ver con las competencias emocionales y, por lo tanto, podemos mejorarla a lo largo de nuestra vida. De hecho, según diferentes estudios realizados el coeficiente emocional alcanza su punto más alto alrededor de los 45 años. No se trata de hacer amigos, se trata de convertir las relaciones profesionales en un activo estratégico para las personas y las organizaciones.

Ref.: http://www.sintetia.com/las-relaciones-humanas-activo-estrategico-para-la-empresa-del-siglo-xxi/
Por: Blanca Jiménez Anabitarte.  Consultora y Coautora del libro “El Factor Humano. Cómo triunfar (y ser feliz) en el trabajo”, Editorial Almuzara.

Sunday, 6 May 2012

EXPAT. La difícil gestión del expatriado

Traigo a mi blog un interesante artículo publicado ya hace unos años por CINCODIAS titulado "La difícil gestión del expatriado".

Es un tema éste, en mi opinión, de mucha importancia a la hora de evaluar y comprender los casos de empresa que consiguen internacionalizarse exitosamente. El perfil del "expat" y la cultura y sensibilidad de la empresa que le contrata son fundamentales.

Al finalizar el artículo que a continuación inserto, incluyo una serie de links a publicaciones que considero de mucho interés en este campo. Espero que os sean útiles.

Raúl.



La difícil gestión del expatriado

Un profesional con experiencia internacional es talento. Si no lo gestionan bien, las empresas corren el riesgo de perderlo.




Hace un año que Francisco Soler, abogado de Garrigues, de 34 años, fue enviado a Shanghai a dirigir la oficina que este despacho ha abierto en la ciudad, con el fin de asesorar a las empresas que tienen intención de hacer negocios en China. Desde ese momento, Soler adquirió la categoría de alto directivo, pero además de expatriado. 'Mi empresa, por suerte, me solucionó algunos de los problemas que se nos plantean a las personas que nos vamos a trabajar a otros países, como los trámites de emigración o fiscales'.
Es importante que la compañía para la que trabajas no te deje solo', afirma. Como Soler, miles de profesionales son enviados cada año fuera de España o vienen a trabajar aquí. Pero expatriar o enviar a una persona fuera no es tan sencillo. Así lo cree Maite Rivero, responsable de expatriación de la consultora Accenture, quien explica que existen problemas o áreas que las empresas no deberían descuidar. 'Porque el éxito de su negocio en otros países depende de las condiciones en las que tenga a su gente allí. Se pierde mucho talento por no gestionar bien las expatriaciones', añade Rivero, que además preside el Círculo Internacional Técnico Expat (CITE).
Se trata de una asociación sin ánimo de lucro, que pretende 'canalizar a las administraciones las preocupaciones técnicas de las empresas' en los procesos de migración profesional. El objetivo, apunta el abogado de Garrigues y vicepresidente de esta agrupación, Salvador Espinosa de los Monteros, es generar 'canales de comunicación permanente con la Administración pública para exponer los problemas detectados y buscar soluciones de forma organizada, conjunta y anónima'. La idea de CITE nace de Accenture, Baker & McKenzie, Garrigues, Selite International y Ernst & Young.
La asociación desarrollará tres áreas de trabajo: extranjería, liderada por Selite Internacional y Baker & Mckenzie; trabajo y Seguridad Social, gestionada por Garrigues; y fiscal por Ernst & Young. De la coordinación global se ocupará Accenture. De momento, hay 16 grandes empresas asociadas, entre ellas Cepsa, Indra, Siemens, Citibank, Sener, DMR o Fluor. En total, CITE gestiona directamente o a través de terceros más de 300 personas y un movimiento internacional de profesionales de alrededor de 5.100 personas al año, en el que se incluyen tanto personas desplazadas al extranjero por sus empresas, como extranjeros desplazados a trabajar a España. 'Y sin embargo, las empresas todavía no gestionan bien los traslados', afirma Maite Rivero.
Uno de los asuntos que más suele preocupar a los expatriados son los temas relacionados con la fiscalidad. 'Hay que saber interpretar cuándo se adquiere la residencia fiscal, porque hay muchos problemas relacionados con este asunto, como cuándo hay que aplicar la normativa fiscal, dónde se tributa', afirma Salvador Espinosa de los Monteros. Para los impatriados, los trabajadores desplazados a España, se dio un paso más el año pasado: el Gobierno fijó unos requisitos y el modelo para que estas personas pudieran optar entre pagar el IRPF como residentes con un tipo de gravamen entre el 15 y el 45% o como no residentes al 25%.
Poco a poco se va avanzando, señala el abogado de Garrigues, pero las empresas tienen que perder el miedo a gestionar de manera abierta la movilidad internacional. Porque, según un estudio elaborado por este despacho, el 85% de las empresas no planifica la carrera en el exterior de su personal, y sólo un 65% de los departamentos de recursos humanos participa en procesos de expatriación. Aún hay más datos que corroboran esta falta de previsión, como que el 75% de los desplazados siente que el puesto que desarrolla no está acorde con su valía y experiencia profesional.
¿Qué va a ser de mí?
Pero donde más flaquean las empresas es en la gestión del regreso. Muchos se preguntan, ¿qué va a ser de mí cuando regrese a casa, a la oficina central? No es el caso de Diego Cureses, gerente senior de Accenture: 'Se suele estar encantado de volver. En una empresa como la mía, en la que se trabaja directamente con el cliente y cada nuevo proyecto cambia, no se teme por el puesto de trabajo'. Sin embargo, asegura que en otros sectores, 'donde el puesto de trabajo sea uno en concreto sí que es posible que haya podido ser ocupado por otra persona'. Ahí, añade, sí que puede haber un cierto temor.
Otro de los asuntos que las empresas deben resolver o facilitar a sus expatriados son los papeles de extranjería. 'El nivel de documentación que se le exige es demasiado, además no hay unificación entre los países, en ese sentido. Por ejemplo, traer a una persona a España cuesta un año de papeleos, y para una empresa con movimientos rápidos esto es un problema', afirma Espinosa de los Monteros. Por no hablar del tema familia, 'que siempre supone un problema trasladar a todos los miembros, además de lo complicado que es conseguir un visado'. Es por ello que CITE quiere servir de interlocutor único con distintos organismos públicos, que están implicados en los temas relacionados con extranjería, como los Ministerio de Asuntos Exteriores, Interior y Trabajo y los diferentes consulados. 'Es un proceso demasiado largo y complejo', dice el abogado.
Los asuntos laborales también tienen su complejidad porque 'cuando trasladas a alguien fuera no sabes qué legislación laboral hay que aplicar'. Otro tema espinoso es la cotización a la Seguridad Social y la duda surge porque al margen de los distintos acuerdos entre países, el trabajador no sabe si debe cotizar en el país de origen o en el de destino. '¿Y si cotizo en el de destino y pierdo mis derechos en España?', añade Rivero, que asegura que el objetivo es conseguir que las compañías sean más ágiles y encuentren soluciones a todos los problemas. 'Queremos que haya un canal de comunicación permanente con la Administración porque la normativa legal siempre suele ir por detrás de la dinámica de las empresas', señala la presidenta de CITE, que añade que en Accenture envían al extranjero cada año un millar de personas y trasladan a España a dos centenares de consultores. 'Tardamos tres meses en poder disponer de una persona aquí, y esto nos sucede a nosotros que somos una compañía global', afirma.
Mayor coste
El coste de trasladar a una persona fuera de España es el doble o el triple que tener a un profesional local. Pero eso no debe ser un problema porque, según los datos que maneja Maite Rivero, la clave del éxito de un negocio en un nuevo país depende precisamente del confort laboral y profesional que tenga el expatriado. Por ello, las condiciones laborales casi siempre suelen mejorar cuando la persona cambia de país. 'Se intenta compensar de alguna manera a estas personas con algún tipo de incentivo', afirma Diego Cureses.
Las empresas suelen facilitar el alquiler de la casa, el coche, seguros médicos, visados para la familia, viajes y traslados o el colegio de los niños. O la última modalidad: fichar a la pareja del expatriado. Fue el caso de Francisco Soler, que se marchó a Shanghai a montar la oficina de Garrigues acompañado de Begoña Suso, su esposa. 'Muchas veces el retorno se produce porque el cónyuge no se ha adaptado al país al que han sido trasladados, por lo que las empresas intentan facilitar por todos los medios que la pareja tenga un entorno amable. Se les pagan las clases de idiomas o se les contrata a tiempo total o parcial', afirma la responsable de expatriados de Accenture.
En cuanto al perfil del expatriado, los expertos dibujan tres tipos de profesionales candidatos a marcharse fuera. Por un lado, el alto directivo en la cumbre de su carrera, que con el desplazamiento a un nuevo país pondrá el colofón a su carrera. Suele estar casado, pero se marcha sin hijos, y ser un experto en desarrollar nuevos mercados.
Hay compañías, advierte Maite Rivero, que envían fuera a todo un equipo de profesionales integrados en un proyecto. 'Se desplaza la pirámide desde la parte intermedia, como en el caso del sector de la construcción, porque la base la suelen cubrir con personal local', dice Rivero. En otros campos, como en el de la consultoría, suele desplazarse todo el equipo, 'porque no se puede contratar a expertos locales'.
Otro perfil candidato a ser expatriado es el profesional de entre 30 y 45 años, soltero o casado con un hijo. Su traslado se debe a un proceso de desarrollo profesional dentro de la empresa. 'Suele tener una faceta comercial muy desarrollada y ser muy dado a progresar dentro de la empresa', afirma Salvador Espinosa de los Monteros.
Los recién licenciados, cuando son fichados por una empresa, ya cuentan con que parte de su carrera profesional pueden desarrollarla en el extranjero. 'Esto también forma parte de su proceso de desarrollo de carrera y son profesionales muy fáciles de expatriar'. El único inconveniente que tienen estos jóvenes empleados, añade el abogado de Garrigues, es que suelen casarse en el país de destino y luego el regreso es mucho más complejo porque hay que trasladar a la familia. Pero, según cuenta, Christian Ruiz: 'Es una experiencia que merece la pena vivir'.

Los repatriados sólo duran dos años más en su empresa

Una mala gestión de los repatriados, sobre todo una mala ubicación del regreso, los empuja a cambiar de empresa o a pedir otro traslado. Es difícil que un expatriado a su regreso encuentre su sitio en la empresa. 'Pasado un año se replantean su futuro en la compañía', afirma Maite Rivero, responsable de expatriación de Accenture. En este sentido, añade Salvador Espinosa de los Monteros que en España se ha perdido mucho talento debido a los procesos de expatriación. 'Por ejemplo, es muy difícil decirle a un director, que ha dirigido la filial de una compañía en Latinoamérica, que no tiene un puesto en la central de acuerdo a su experiencia. Eso genera un problema', matiza el abogado de Garrigues.
No es el caso de Francisco Soler, el desplazado de este despacho de abogados a Shanghai, quien asegura 'ya tengo diseñado el plan de vuelta, con las funciones ya establecidas'.
Pero en España también ocurre otro fenómeno y es que cada vez más empresas se encuentran con la dificultad de encontrar a profesionales dispuestos a trasladarse a trabajar a otro país. La calidad de vida y el apego cultural hace los profesionales sean reacios al cambio. Por ello, lo que hacen las empresas es acortar el plazo de la estancia. Más del 60% de las empresas están aumentando los traslados de menos de un año (conviene aclarar que por un periodo inferior a dos años se considera desplazamiento), mientras que le 26% está enviando a sus profesionales a través de la expatriación clásica o tradicional de hasta cinco años.
Los porcentajes se recogen en un estudio elaborado por la consultora Mercer HR Consulting sobre beneficios para expatriados 2005-2006.
'Me parece curioso este recorte en las expatriaciones, que se debe fundamentalmente a que hay mucho proyecto de obra, a la puesta en marcha de un determinado negocio o de una planta industrial en un determinado país', comentó Rafael Barrilero, socio responsable de los servicios de información de mercado de Mercer, durante la presentación del informe. Lo que también se observa es un incremento del número de mujeres expatriadas. El porcentaje ha aumentado considerablemente en los últimos cinco años y ha pasado del 8 al 13%. Esto significa, dice Fe López, socia de Mercer Human Resource Consulting, 'que cada vez más mujeres están dispuestas a desarrollar carreras internacionales'.

Diego Cureses, gerente senior de Accenture: 'En otras culturas el traslado de la familia es normal'

Aunque no ha estado expatriado, sí se ha encargado a lo largo de su carrera de la gestión de proyectos que incluían traer recursos de otros países así como mandar recursos españoles al extranjero.
Las principales dificultades de este intercambio de conocimiento suelen encontrarse por la necesidad de cuadrar los planes de los proyecto con los plazos y gestiones administrativas que conllevan la expatriación de un empleado.
Diego Cureses asegura que si el traslado se produce dentro de las fronteras de Europa, el cambio no suele ser duro para la persona, sin embargo, si se trata de países lejanos con los que el choque cultural es profundo, la adaptación será algo más costosa. Los factores culturales y religiosos son muy importantes. Su experiencia más reciente ha sido con la India donde, por ejemplo, el 50% de la población es vegetariana. 'El cambio cultural puede producir problemas de adaptación en términos básicos que también hay que tener en cuenta' afirma.
El perfil de los expatriados es normalmente el de gente con experiencia de entre cuatro y ocho años con unas habilidades muy concretas que resultan necesarias en el país de destino. En cuanto a la edad, los españoles suelen ser personas jóvenes sin grandes compromisos familiares. En otras culturas, como la india que se citaba, la edad del empleado no es tan específica, puesto que es más habitual realizar el traslado acompañado por la familia.
'La manera de trabajar de alguien de fuera puede ser muy diferente debido a la cultura, por ello es importante ser comprensivo', declara Cureses.

Francisco Soler, abogado de Garrigues: 'Lo mejor fue que la empresa fichó a mi mujer'

Dirige la filial de Garrigues en Shanghai. Ahí comenzó su aventura como expatriado, experiencia que hasta la fecha asegura que no ha podido ser más positiva. 'Tuve la suerte de que me facilitaran todo en la empresa y no tuviera problemas de tipo legal o fiscal', señala este abogado mercantilista de 34 años. Afirma que, sin duda, lo mejor de todo fue que el despacho contrató a su esposa, Begoña Suso, de profesión abogada.
Pero lo que más le costó fue acostumbrarse a la cultura y costumbres chinas. En este sentido, asegura que 'es complicado adaptarse a una mentalidad tan diferente a la nuestra'. Por ejemplo, uno de los problemas más comunes son los relacionados con la comunicación. 'En China muy poca gente habla inglés, por lo cual siempre acabas relacionándote con expatriados de otros países'.
Su aterrizaje en este país, señala que fue bastante suave. Una de sus misiones en China es precisamente asesorar a las empresas españolas que van a hacer negocios allí. En primer lugar, deben saber que toda negociación con empresarios de este país es distinta a las que se realizan en España. 'Son mucho más lentas, y todo ha de enfocarse desde un punto de vista personal, no sólo profesional', añade Soler, que asegura que el proceso de expatriación hacia Asia es un fenómeno imparable. 'Cada vez hay más negocio allí, y el éxito de un proyecto pasa porque se desplace gente del país de origen. Por ello, es necesario que todos los desplazados estén en las mejores condiciones posibles'.

Christian Ruiz, Gerente de Accenture: 'Hay países donde el contacto personal es clave'

Durante algunos años de su carrera profesional ha vivido en ocho países de Latinoamérica y ha pasado temporadas en Inglaterra y EE UU. Desde su punto de vista, los problemas más habituales del movimiento de personas en las empresas son los trámites burocráticos, como conseguir el visado de trabajo. A nivel personal, es importante saber cómo moverse en el país de destino. 'hay algunos países en los que existen problemas de seguridad y tienes que ver cómo funciona la gente y cómo ritmo de vida' afirma Christian Ruiz.
La adaptación a la cultura es uno de los aspectos claves y dependerá en gran medida del país al que se viaje. 'En México la gente funciona con mucho contacto personal, un correo electrónico puede resultar algo frío, allí se valora mucho que te sientes con la persona y hables con ella directamente' asegura el gerente de Accenture.
La mayor parte de las personas que han trabajado en el extranjero o han tenido contacto profesional con otras culturas aseguran que es una experiencia muy enriquecedora. Christian Ruiz afirma que se aprenden muchas cosas. 'Te hace madurar mucho profesionalmente ya que te encuentras con situaciones que en otro contexto no se darían; además hay que tener en cuenta que la responsabilidad es mayor'.
Después de estar un tiempo en otro país, la vuelta a casa suele ser recibida con ganas, sin embargo, no siempre es tan sencillo. 'Cuando llegas estás desconectado de la vida social y te cuesta un poco adaptarte. A veces se pierde contacto con la gente'.


http://www.iberglobal.com/Archivos/expatriacion_eoi.pdf



Tuesday, 1 May 2012

La ‘marca España’ cotiza a la baja en el mundo


Si uno rebusca en la hemeroteca, la expresión marca España aparece en este diario por primera vez en 1985, en una columna que escribía Vicente Verdú desde Estados Unidos y que vaticinaba que el país muy pronto iba a estar de moda. “España es un mundo para vender”, señalaba. Los catalanes promocionaban su cava y los vinos de La Rioja o las figuras de Lladró ya se conocían en otros mercados. Nancy Reagan se fotografiaba bailando flamenco en su visita oficial a Madrid. “Todo vale para hacer marca, pero lo decisivo sería ahora romper el viejo tópico de Semana Santa y Hemingway para vender una escena con sorpresa”, advertía Verdú.
Después, vinieron aquellos Juegos Olímpicos, comenzó la internacionalización de las grandes empresas españolas y una etapa de desarrollo económico que situó a España como referente de los países que se integraron después en la Unión Europea. La renta per cápita convergió con la UE de los 15, la población creció en seis millones, el número de universitarios se disparó y la economía encadenó desde 1995, y durante 14 años, un crecimiento medio anual del 3,5%. La apoteosis vino el boom del ladrillo, cuando analistas internacionales dieron la carta de naturaleza al llamado “milagro económico” de Spain.
“Lo peor es que te vean como país no invertible”, dicen en una gran firma
Ahora, con cuatro años de crisis a la espalda, cinco millones y medio de parados, y en medio de la recaída, la economía asiste también al deterioro de lo intangible, de su marca. Se manifiesta en números muy concretos de los mercados financieros y también en algo más difuso, como el resurgimiento de viejos tópicos sobre vino y flamenco, o el desdén con el que se refieren a su vecino español líderes europeos como Nicolas Sarkozy o Mario Monti. Spain ya no está de moda, Spain cotiza a la baja.
“Nadie quiere ser hoy como España. España solo vale para el flamenco y el vino tinto”, espetó hace unos días el embajador estadounidense Richard A. Boucher, ni más ni menos que el secretario general adjunto a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), que une a 34 de las mayores economías del mundo. Lo dijo en un seminario en Marsella organizado por la Asamblea Parlamentaria de la OTAN, en presencia del diputado socialista Diego López Garrido, representante español en ese foro, que replicó. “En el cóctel posterior se me acercaron los representantes de varios países: Canadá, Alemania, Portugal, Francia… a criticar esas palabras, y Boucher envió más tarde una carta de disculpa. Hay una desproporción entre los problemas económicos de España y el deterioro de su imagen, de su solvencia, y este desprestigio está costando mucho dinero”, reflexiona López Garrido, exsecretario de Estado para la Unión Europea, que clama por una mayor “solidaridad no partidista” en la defensa de España.
“El Gobierno ha comunicado mal 
sus ajustes”, añade
 
un experto
Junto con el pinchazo de la burbuja de crédito, en las relaciones comerciales cunde también la sensación de una suerte de pinchazo de imagen de dorada, tras un ciclo económico también precioso, en el que, por no faltar, no han faltado ni éxitos deportivos.
“En el pasado nos dejamos llevar por la euforia, éramos la admiración del mundo, pero ahora nos vamos al otro extremo”, lamenta Miguel Otero, director del Foro de la Marcas Renombradas, una institución que forman Gobierno y grandes empresas españolas. Eso sí, no pone paños calientes. “Lo que hay que arreglar no es la imagen del país, sino los problemas reales del país, con la que está cayendo es difícil salir a cambiar percepciones”. El Financial Times incluyó en 2008 a España bajo el grupo de los PIIGS (acrónimo que en inglés unía a Portugal, Irlanda —luego Italia—, Grecia y España y formaba la palabra cerdo en inglés) y dijo que esos cerdos que un día volaron, ahora estaban en el fango. “No era insulto, era una calificación, y el problema no es que nos lo dijeran, sino en efecto estar en ese grupo”.
Otero defiende, no obstante, la necesidad de destacar los elementos positivos de la economía, que no todo fue un espejismo, como la expansión global de grandes grupos como Inditex o Mango. El problema es que lo notorio de estos casos de éxito de empresarial impide ver que, en general, la internacionalización del tejido empresarial español, formado sobre todo por pymes, tiene mucha labor pendiente. “La exportación per cápita en España es de 5.400 dólares [3.300 euros], frente a los 9.500 de Italia [5.800] o los 16.000 [9.800] de Alemania”, apunta.
Cuesta vender España en este momento del siglo. El pulso de esta desconfianza lo toman como nadie los responsables de las relaciones con inversores de las empresas, los encargados de promocionar las bondades de firmas españolas. “Lo estamos sufriendo mucho, la marca España te penaliza aunque tu firma esté en buena situación, y aunque comuniques una buena operación, los inversores lo penalizan. Lo peor es que te consideren un país no invertible, es decir, en el que descartan poner dinero”, explica el responsable de la relación con inversores de una gran corporación española.
Las inquietudes de los fondos internacionales han cambiado mucho en los últimos años. “Ahora el 60% del tiempo de nuestras reuniones se lo llevan los temas macroeconómicos, nos llevamos a analistas expertos en ello a las citas y nadie quiere saber nada de retornos de beneficio a 2014, hay desconfianza respecto a ese medio plazo”, añade.
Un par de datos dan cuenta de estas dudas: los de la Bolsa y los bonos del Estado. El parqué bursátil español lleva perdido en lo que va de año más de lo que bajó en todo 2011 (más de un 18%) y se sitúa entre los peores del mundo. Y los bonos del Estado a 10 años se intercambian entre inversores con un interés del 6%, más de cuatro 400 puntos básicos (o cuatro porcentuales) por encima de los alemanes. Este sobrecoste respecto a los bonos germanos, que es la prima de riesgo y sirve como barómetro de la credibilidad que inspira la economía un país, era de una media de ocho puntos básicos en 2007.
Desde Bruselas, Daniel Gros, director del laboratorio de ideas CEPS, advierte de que “la imagen de España ha sufrido un golpe porque sus Gobiernos han rehuido reconocer la dureza de la burbuja inmobiliaria, el sector bancario tuvo una imagen muy buena al principio, pero esa imagen también se ha manchado porque cada año hay pérdidas adicionales”. Además, “el nuevo Ejecutivo ha manejado mal la comunicación de sus planes de ajuste fiscal”.
Para Gros, “el sistema bancario debe sanearse cuanto antes fijando los precios de la vivienda a niveles realistas, mucho más bajos que ahora, el mercado laboral debe aplicar su reforma y el Gobierno debería cumplir las promesas hechas a sus socios”.
En paralelo, el Ministerio de Exteriores ve llegada la hora de la diplomacia económica. El departamento planea presentar, en un acto presidido por el monarca, toda una estrategia demarketing con el fin de recuperar el brillo de la marca. Los embajadores recibirán formación en comercio exterior y las embajadas prestarán más servicio a las empresas españolas en el extranjero. “La idea es que todos los organismos, todas las actuaciones tienen que funciona con el chip de la marca España”, explican desde el ministerio. El proyecto incluye la creación de una suerte de responsable o comisario de la marca España.
El acto, previsto para la semana pasada, se canceló porque coincidía con el debate de los Presupuestos en el Congreso, pero ahora el Gobierno aguarda a la evolución del Rey, que se recupera de su operación de cadera.
El Real Instituto Elcano, que ha elaborado su primer índice de presencia global, con datos de 2010, señala que España ocupa el noveno puesto de proyección internacional por inversión en el extranjero. Exteriores acaba de ver cómo el Gobierno argentino ha expropiado a Repsol su filial en el país, YPF. Este martes, Bolivia ha anunciado la nacionalización de la filial de Red Eléctrica de España (empresa controlada por el Estado español). La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, anunció la medida con una mofa acerca de una trompa de elefante la misma semana en que había estallado la crisis por el viaje del Rey a Botsuana a una cacería de elefantes, donde se rompió la cadera, en momentos tan duros para España.
Exteriores prepara una estrategia para recuperar el brillo de la marca
Madrid tampoco atraviesa su mejor momento con sus socios. Nicolas Sarkozy, durante su carrera electoral este mes, ha puesto a España varias veces como contraejemplo. “Después de siete años de socialismo, miren cómo está España”, espetó el presidente y candidato a primeros de mes. Sarkozy alertó de “la crisis de confianza en la que ese gran país que es España se encuentra hoy arrollado”, y añadió: “No hay un francés que quiera la situación que han vivido los griegos y vive ahora España”. Más fuego amigo, y esta vez procedente de otro país con fuertes desequilibrios presupuestarios, Italia. Su primer ministro, el tecnócrata Mario Monti, cada vez más político, culpó a España de contagiar sus problemas con la prima de riesgo.
Raphael Minder, corresponsal en España y Portugal para The International Herald Tribune, la edición global de The New York Times, vivió en España en los noventa y regresó en abril de 2010. “No creo que España sea un caso único, lo que ocurre es que por el tamaño de su economía da más miedo que Irlanda, por ejemplo, pero los estereotipos norte-sur no valen para mucho en este asunto: Holanda también ha despertado dudas [el Gobierno que forman liberales y democristianos ha perdido el apoyo de la ultraderecha para poder aprobar los recortes que le permitan cumplir con el déficit]”, opina.
La inestabilidad económica en España no es asunto de percepción, es un hecho, y las cifras son muy tozudas. “La percepción desde fuera en realidad no es muy diferente de la que hay dentro, ha desaparecido el optimismo”, añade Minder.
Un consultor cree 
que “somos fuertes
 
en atributos blandos como el ocio”
Porque la crisis de confianza de España es también palpable fronteras adentro, con un consumo en caída libre, el crédito desaparecido y una sociedad, ya de por sí ya muy dada a la flagelación, que vio cómo su esplendor económico tenía pies de barro.
Víctor García de la Concha asegura que no ve mermado el prestigio. Desde que se hizo cargo del Instituto Cervantes, hace algo más de dos meses, recibe peticiones para abrir centros en diferentes países. “No se percibe para nada una imagen negativa, que está muy condicionada por los países europeos que padecen la misma crisis económica que España y por la existencia de engranajes aún débiles en el funcionamiento de la Unión Europea”, apunta. Pero sí advierte que “en Hispanoamérica es preciso transmitir un discurso nuevo, distinto, basado en la comunidad de cultura e intereses”.
“La reputación de España, entendida como admiración, respeto y confianza hacia nuestro país entre los ciudadanos de las naciones del G-8, ha caído entre 2010 y 2011, pero sigue siendo relativamente buena, equiparable a la de países de nuestro entorno como Reino Unido e Italia”, apunta Fernando Prado, director del Reputation Institute para España, una consultora de gestión reputacional. Eso sí, advierte que “seguimos siendo fuertes en atributos blandos como estilo de vida, gente amable y simpática, posibilidades de ocio y entretenimiento, y cultura, pero existen debilidades en atributos más duros como capacidad de innovación, desarrollo tecnológico, marcas y empresas reconocidas y exitosas”.
Es decir, que ahora, como decía Verdú en 1985, a España le toca de nuevo vender una escena con sorpresa que la reconcilie con el mundo, que la vuelva a poner de moda, aunque el marketing, la diplomacia, requiere sobre todo una economía que vuelva a inspirar confianza.
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 Artículo publicado en "El País", 1 de mayo de 2012