Saturday, 16 March 2013

GESTIÓN DEL CAMBIO >> Mi cambio personal (1)




Hace casi un año y medio que, por diversas circunstancias personales, me vi finalmente avocado a tomar medidas.

No fue fácil en absoluto, pero la necesidad y la determinación estaban ahí y me sirvieron de palanca para poner en práctica las medidas necesarias y para mantener la constancia a lo largo del camino que habría de emprender.

Dicen que la resistencia al cambio es una de las fuerzas más difíciles de vencer. Estoy de acuerdo con quien así lo cree. Y también con quien afirma que todo se puede cambiar. Es cuestión de toma de conciencia + decisión / determinación + acción + perseverancia.


Mi toma de conciencia:
Varios fueron los avisos que me indicaban que, de no tomar medidas en serio, mi salud podría aproximarse a un punto en el que el retorno ya sería más que complicado. Mi sobrepeso era más que evidente por todos y los resultados de los chequeos médicos confirmaban mis sospechas de que el asunto no era ya una cuestión estética, sino de salud. 

Toda mi vida fui alguien delgado. De niño, muy delgado; en exceso. Durante la adolescencia lo seguí siendo, llegando hasta mi incorporación al mundo laboral con esa constitución delgada. No hacía excesivo deporte; me gustaba la caza y salía a hacer carrera continua un par de veces a la semana. Poco más. Pero era suficiente.

Al empezar a trabajar la cosa cambió. Simplemente, el trabajo absorbió todo mi tiempo y, poco a poco, comencé a engordar, a prescindir del deporte y del descanso. Me ocurrió eso de lo que hablaré en un post posterior: no supe / pude conciliar el trabajo con mi vida privada.

Pero llegó un punto en que hube de tomar conciencia. Y lo hice.

Mi decisión / determinación:
En 2005, mientras cursaba mi MBA y trabajaba part-time para una Fundación, una época también de mucho estrés y presión, decidí dejar de fumar. Sabía que no sería fácil, por lo que decían muchos de los que lo habían intentado y todos los que lo consiguieron. Pero yo había tomado una decisión y estaba determinado a conseguirlo. Y así ocurrió.

Nuevamente, años más tarde, vuelvo a tomar una decisión importante concerniente a mi salud y cuento con la determinación necesaria. Voy a cambiar mis hábitos en lo necesario para conseguir bajar de peso, mejorar mi condición física, y poner a raya todos los indicadores que anunciaban hasta ese momento que las cosas no se estaban haciendo bien.

Los cambios incluían:
§         Abandonar el consumo de alcohol al menos durante tres meses.
§         Racionalizar la alimentación.
§         Incluir ejercicio físico, progresivo, en mis rutinas,
§         Dormir y descansar al menos seis horas todos los días.

Mis acciones:
Pero la determinación había que ponerla en práctica. Y todo comenzó durante las fiestas navideñas: Primera salida a hacer carrera continua un día frío pero soleado en compañía de mi hermana, abstinencia de alcohol, atención a las comidas (nada de hidratos a partir de las 20:30, dulces fuera, etc.), y durmiendo del tirón esas horas que me había propuesto.

Fue duro, tanto el comienzo como el proceso.

Mi perseverancia:
Creo que el secreto del éxito, muchas veces, reside en no tirar la toalla a las primeras de cambio, en la perseverancia. En este caso puedo dar fe de ello.
Me marqué pequeños retos semanales que contra los que podía medir mis progresos y las posibles desviaciones, que intentaba corregir de inmediato.

Y, poco a poco, con constancia, algunas autorrecompensas, y con los objetivos muy claros, conseguí lo que me propuse.

Resultado:
Al cabo de unos ocho meses había perdido un 18% de mi peso inicial, había ganado masa muscular, conseguí mantener por debajo de los máximos todos los indicadores analíticos que antes estaban disparados y era capaz de correr 15 kilómetros en 1:15h.

Además, sin haber sido buscados, me topé con una serie de efectos colaterales beneficiosos que, sin duda, no hacen más que reforzar las bondades que de por sí una vida saludable proporciona:
§        Mejora de la autoestima.
§         Mejora de la concentración.
§         Mejora de las habilidades de liderazgo.
§         Positividad.

Cambiar nunca es fácil, pero tomando conciencia de lo que se requiere cambiar, habiendo decidido hacerlo, comenzado a hacerlo y perseverando en ello, se puede conseguir.

Autor: Raúl Cobos.