Persistencia:
Acción y efecto de persistir. Persistir:
(Del latín, persistĕre). 1. Mantenerse firme o constante en algo. 2. Durar por
largo tiempo.
Perseverancia:
Acción y efecto de perseverar. Perseverar:
(Del latín, perseverāre). 1. Mantenerse constante en la prosecución de lo
comenzado, en una actitud o en una opinión. 2. Durar permanentemente o por
largo tiempo.
Recurrencia:
Calidad de recurrente. Recurrente:
1. Que recurre. 2. Que vuelve a ocurrir o a aparecer, especialmente después de
un intervalo. 3. Dicho de un proceso, que se repite.
Persistencia,
perseverancia, o recurrencia son términos necesarios para comprender cómo
conseguir que un cambio de actividad, un cambio de hábitos o una nueva
circunstancia puedan ser mantenidos en el tiempo y produzcan unos resultados
sostenidos.
Esto
es de aplicación a mi propio cambio de actitud del que hablaba en el post
anterior. Lo realmente importante no fue la ejecución del cambio, sino su
mantenimiento. De nada sirve conseguirlo si no puedes conservarlo.
Mucha
gente comete el error de esperar demasiados resultados, demasiado rápido y
demasiado pronto. Cuando no ocurre lo esperado en esos plazos se pierde el
empuje inicial y se suele tirar la toalla. Pero no debería ser así. Se puede
mantener un estilo de vida saludable sin recurrir a los extremos y sin prisas.
Simplemente hay que hacerlo del modo adecuado y esto sería de aplicación no
sólo para mejorar la salud, sino para conseguir hábitos duraderos, si eso es lo
que realmente pretendemos.
§
Apóyate
en los demás: En solitario es todo mucho más complicado.
Con apoyo de otros, no lo es tanto. No es necesario contar un equipo detrás,
simplemente se trata de contar con las personas adecuadas cerca. Es bueno
comunicar tus objetivos a esas personas que te importan y que te servirán de
apoyo cuando las cosas se pongan duras. Esto es como contar con un “coach”
empresarial, es decir, alguien que te ayude a vencer obstáculos, te empuje
anímicamente a seguir adelante y comprenda lo que quieres conseguir.
Probablemente el secreto de una vida saludable sea, precisamente, el saber
rodearse de las personas adecuadas.
§
No lo
quieras todo de golpe; mucho mejor en moderada progresión:
Lanzarse a por algo de golpe, queriendo darlo todo desde el primer día y
dejando de lado todo lo demás sólo sirve para garantizar el fracaso y empeorar
incluso aquello que ya estaba mal originalmente. Unos hábitos de vida
saludables requieren tiempo y compromiso duradero, no es cuestión de retirarse
a un monasterio o cualquier otro cambio radical. Da igual la edad que tengas,
tómate tu tiempo y no tengas prisa. No hace falta correr una maratón en el
primer año que empiezas a salir a correr.
Simplemente, sé constante. Consigue un compendio equilibrado de
entrenamiento periódico, descanso, aprendizaje sobre hábitos saludables y vive
experiencias enriquecedoras cuando tengas la ocasión. Todo ello contribuirá a una
vida saludable y equilibrada.
§
Fija
metas: Definir metas u objetivos te empujará a conseguirlos y
te permitirá medir tus avances. Pero esas metas han de ser realistas; de lo
contrario, de nada servirán y te harán tirar la toalla. En inglés existe un acrónimo
que define cómo deberían ser las metas para que nos ayuden de verdad, S.M.A.R.T.
(specific, measurable, attainable, realistic and timed). Básicamente, viene a
decir que las metas han de ser específicas, medibles, alcanzables, realistas y
con un horizonte temporal definido.
§
Planifica
tus actividades previamente: Para conseguir esas metas “smart”
necesitarás una planificación previa. Por ejemplo, se pueden hacer planes
semanales o mensuales que definan qué se quiere conseguir y con qué medios podríamos
lograrlo. El plan ha de ser realista, esto es fundamental, y debe dejar espacio
para otras actividades de relax y descanso que permitan recargar las pilas. Puedes
y debes ser flexible, lo importante es seguir avanzando de modo constante.
§
Diviértete: Si
hacer ejercicio y comer sano son un fastidio, lo estarás haciendo mal. Es mejor
elegir aquellas actividades que sabes que te gustan o pueden gustar, al igual
que aquellas comidas o recetas que, compartiendo la filosofía de “comer sano” más
te agraden. No hay que sufrir, sino todo lo contrario. Tampoco hay que hacer lo
que hacen los demás. Encuentra tu propio camino y disfruta de él.
§
Adáptate
a la naturaleza: Sería imposible mantener el mismo tipo de
actividades y en su misma intensidad durante todos los meses del año. Eso no
funciona. Es mucho mejor adaptarte a los propios ritmos de la naturaleza y aprovechar lo que las diferentes
estaciones o épocas nos brindan, en términos de qué ejercicio podemos hacer
(por ejemplo, natación en verano y ski en invierno) y qué tipo de comida
degustar (aprovechar los alimentos de temporada). Es un poco lo que hacen los
deportistas profesionales o semi profesionales, que planifican sus actividades
por “temporadas”, de modo que en diferentes épocas del año hace cosas distintas
y con distinta intensidad, pero todo habiendo sido planeado con antelación y
respondiendo a un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles y de la
propia capacidad de cada cual.
§
¡Nada
de dietas, come simplemente sano!: Mi opinión personal es
que lo de las dietas casi nunca funciona. Suelen ser remedios ad-hoc y de eso
no es de lo que estoy hablando, sino de crear hábitos que puedan durar toda la
vida. Muchas dietas limitan los alimentos que debes tomar, o los prohíben,
etc.. Pero creo que no se trata de eso, sino de comer sano. Sólo eso. Es mejor
cuidarse de comer en cantidades adecuadas, en los momentos adecuados y de todo.
Es interesante incluso leer, buscar
información sobre cómo comer mejor, el porqué de tomar unas cosas u otras, etc.
Así se es más consciente de lo que se ingiere y de lo bueno, o malo, que nos va
a hacer. El objetivo es sentirse bien.
§
El “todo
o nada” no es útil: Hay que ser realista; por mucho que se
planifique y por mucha voluntad que se tenga, es muy difícil mantenerse firme y constante, sin
altibajos, en un periodo largo de tiempo. Y no pasa nada. Lo importante no es
atenerse al plan y agobiarse si alguna vez no se puede. Lo importante es
mantener una constancia, permitiendo flexibilidad. No es “todo o nada”, es
saber retomar lo que habíamos planificado incluso cuando algo nos lo ha
impedido. Constancia y flexibilidad son buenos conceptos.
§
Piensa
en positivo, evita la negatividad: Los cambios llevan tiempo
y los resultados no se pueden ver de la noche a la mañana. La constancia dará
resultados, aunque al principio no los veas. Has de creer en ti mismo como
primera premisa y es bueno sustituir cualquier mensaje negativo por su
complementario positivo, pero un poco más potente si se puede. El camino
siempre tendrá piedras (física y metafóricamente), eso es inevitable; lo que sí
puedes evitar es un mal enfoque ante esos obstáculos. La diferencia es,
efectivamente, tu propio enfoque y eso lo cambia todo. Hay un aforismo que dice: “Si nada cambia, pero tú
cambias, todo cambia”. Es genial, porque ¡funciona!
Conviene
no olvidarse, y vengo hablando de eso todo el tiempo: Roma no se construyó en
un día. Es preciso ir paso a paso, pero en la buena dirección. Cada paso que se
da te acercará a tu meta. Tú lo sabes y quienes te rodean lo saben también. Ellos
también se beneficiarán de tus progresos.
Adoptar
un estilo de vida saludable será bueno para ti, para tu trabajo, para tus seres
queridos y, por qué no decirlo, para la sociedad en general. Sé realista y
constante. El resultado final se traduce en salud y eso es lo más importante. Lo
sé por propia experiencia…
;-)
Autor:
Raúl Cobos