Mario Alonso Puig comenzó diciendo que solo el 0,1% de las
especies que han aparecido sobre la tierra han sobrevivido. Nosotros somos
débiles y sin embargo estamos en ese 0,1%, lo que es fruto de nuestra capacidad
mental y del trabajo en equipo.
Dirigir, decía, es distinto a liderar. Para ser directivo hay que
tener una posición en la empresa. Para ser líder hay que elegir una forma de
ser y de actuar en la vida.
Liderar es inspirar a otras personas, ayudarles a descubrir y desplegar su potencial.
Los cuatro pasos del liderazgo son:
- Descubrir que hay algo que no está hecho y hay que hacer: el futuro lo construimos nosotros modificando el presente. Esta es la primera misión del directivo: ilusionar por el futuro (“cómo veas el futuro determinará cómo vives el presente”). (Yo quiero hacerlo)
- Inspirar, infundir en el ánimo de la gente la convicción de que está en nosotros crear nuestro propio futuro. (Yo puedo hacerlo)
- Resolver. Decisión firme, con compromiso. Implica responsabilidad, capacidad de respuesta.
- Actuar con firmeza (yo tengo que hacerlo)