A continuación tuvo lugar la mesa redonda “España: percepciones y
realidades”,moderada por César Arranz,
vicepresidente de CEDE, con la participación de Hilario Albarracín, consejero delegado de KPMG España; Rosa García, presidenta de Siemens
España; Raúl Grijalba, presidente
ejecutivo de ManpowerGroup; Walter Ji,
CEO Spain&Portugal de Huawei; Ana I.
Pereda, directora de Expansión; y Jorge
Rivera, director de Cinco Días.
Hilario Albarracín apuntaba al inicio de la recuperación
(técnicamente ya hemos salido de la recesión), aunque tenemos importantes retos
que superar, entre los que apuntaba: la superación de desequilibrios
macroeconómicos (desempleo, deuda); transparencia –ya hubo importantes avances
en este punto en el sistema financiero, que debe recuperar su papel como canal
imprescindible de financiación-; crecimiento de las exportaciones; mayor
capital tecnológico en las empresas; desarrollar estrategias de crecimiento en las
empresas que contemplen:
- Visión global del mercado (se fabrica, se ensambla y se vende en distintos países)
- Digitalización, puesta en valor de la tecnología
- Ética, responsabilidad y gobierno corporativo.
- Visión global del mercado (se fabrica, se ensambla y se vende en distintos países)
- Digitalización, puesta en valor de la tecnología
- Ética, responsabilidad y gobierno corporativo.
Rosa Mª García lamentó algunos estereotipos que se asocian con los españoles desde ámbitos habitualmente poco informados, pero esto aporta poco porque afortunadamente no condiciona la opinión de los inversores y clientes interesados en empresas y productos españoles; a la vez que apuntó algunas de las claves que entiende fundamentales para el avance de nuestras empresas:
- Innovación, no necesariamente disruptiva, pequeña, de las ideas: qué podemos hacer distinto y mejor que nuestros competidores (hay que ser el mejor en algo: el más moderno, el más barato, el más rápido, el más …, a la vez que somos capaces de atraer el mejor talento).
- Identificación de los clientes objetivo, ¿dónde están –en cualquier parte del mundo- los clientes a los que seremos capaces de emocionar, que aprecian el valor que podemos aportar? (las empresas que no generan valor especial para sus clientes –o no saben transmitirlo- han sido arrasadas y lo seguirán siendo).
- Transparencia. Internet magnifica cualquier cosa y lo difunde al instante, lo que supone que vivamos bajo el escrutinio permanente de una sociedad cada día más exigente, que no perdona).
- El tamaño sí importa para competir internacionalmente. Nuestra baja competitividad (-34% respecto a Alemania, por ejemplo) está motivada en gran medida por el tamaño de nuestras empresas.
- Refuerzo de la industria. Ha sido el patito feo de nuestros sectores productivos (la aportación industrial al PIB en Europa es del 27%, mientras que en España apenas llega al 13%).
Raúl Grijalba en la situación española actual, con demanda interna parada y dificultades de financiación, apostó por la “internacionalización y cambios en los modelos de negocio”.
Sobre el rol del directivo fue claro: debe ser capaz de sacar el
potencial de las personas, trabajar en equipo e implicarse en la aplicación de
la estrategia, con clara orientación al cliente; además de diseñar estructuras
flexibles capaces de adaptarse a los constantes cambios en el entorno, y usar
la tecnología como motor de productividad e innovación.
En su opinión, cambiar el estereotipo de un país implica
transformar la imagen del directivo. “Debe ser un maestro de la estrategia,
estimular el talento, generar relaciones colaborativas y ser un agente del
cambio”.
Walter Ji, CEO de España & Portugal de Huawei, destacó la apuesta en el I+D+i para crecer en el exterior. En este sentido, la multinacional china dedica cada año un 10 por ciento de su presupuesto a investigar y desarrollar innovaciones.
Ana I. Poveda, directora de Expansión, apuntó que desde el verano la percepción interna y externa de España está cambiando, con diferentes indicadores y tendencias positivas ya observables, como la salida de la recesión y las expectativas de crecimiento para 2014; la nueva senda de crecimiento iniciada por nuestra producción industrial o la más reciente del comercio minorista y las matriculaciones de coches, o la evolución positiva de la prima de riesgo (diferencial entre los tipos de interés de nuestro bono y el bono alemán a 10 años, y que determina el diferencial de interés que deben pagar nuestras empresas sobre las alemanas para obtener financiación), que desde los 650 puntos básicos en que se situó hace 15 meses, en estos momentos está en torno a los 235 puntos básicos; empieza a reducirse el stock de inmuebles en venta; o la mejora de la expectativa de los inversores extranjeros, lo que se está traduciendo en nuevas operaciones en nuestro país.
Pero siguen existiendo importantes retos pendientes: la realidad es cambiante y es necesario seguir y/o profundizar en las reformas que nos hagan más competitivos; reindustrializar España (la industria genera empleo estable y es clave en las exportaciones, para lo que es imprescindible bajar el precio de la energía); crear las condiciones para el empleo; mejorar la fiscalidad; o reformar las administraciones, eliminando duplicidades entre las distintas administraciones: local, provincial, autonómica y nacional.
Jorge Rivera, director de Cinco Días, en una línea similar a la de Ana Poveda, habló de las razones para el optimismo y de las sombras que aún se ciernen sobre la economía española.
Entre las primeras señaló el final de la recesión; el mantenimiento firme del turismo; el crecimiento de las exportaciones; la inflación controlada, acompañada de moderación salarial; la elevada rentabilidad de la Bolsa española en el último año; o la mejora del sistema financiero español.
Y entre los riesgos aún vigentes, el paro; la precariedad del nuevo empleo; la atonía del consumo interno, acentuada por la incertidumbre en los hogares; déficit muy alto; falta de fluidez en el crédito; crecimiento incipiente pero excesivamente lento; o el miedo al “ruido político” en los dos próximos años por los sucesivos procesos electorales previstos.