Sunday 10 June 2012

VENTAS >> 4 áreas clave a controlar en el trabajo de campo con comerciales.

Por: Juan Carlos Alcaide (25/05/2012)

En tiempos de crisis, en el área de ventas no se trata de reducir costes de forma indiscriminada, sino de lograr la optimización y mayor productividad del equipo de ventas existente.


Puede suceder que un comercial no esté en su “momento óptimo” por diversas razones de tipo personal o profesional, o que sus rendimientos de venta estén por debajo del promedio debido a que no cree en el producto. El pensamiento negativo es el enemigo número uno de la venta. Un director comercial responsable sabe que en estos casos debe actuar rápidamente, en primer lugar para entender el alcance y las causas del problema, y luego identificar la solución más adecuada.
En ausencia de un método estructurado, la evaluación se detiene en consideraciones generales: este comercial es bueno o no, u otros criterios vagos y superficiales. Sin embargo, esta estimación no es muy útil para identificar áreas específicas de intervención.


Las empresas no generan ingresos internamente, sino que la mayor parte de los ingresos de las empresas provienen de las ventas. Por tanto, el objetivo no debe ser el de reducir ese caudal, sino potenciarlo con eficacia y eficiencia.

Para alcanzar altos niveles de eficacia y eficiencia, el responsable comercial debe cumplir una doble función, por una parte, ser “estratega” (Tener la capacidad de planificar, programar, decidir cursos de acción, etcétera), y por otra, no puede descuidar “la calle” (visitar clientes, recorrer las zonas, acompañar a su personal, entrenar como buen coach, etcétera). Se trata, en el fondo, de lograr el justo equilibrio entre el cuadrante “urgente e importante” y el cuadrante “no urgente pero importante” en la matriz de gestión de tiempo.

Lo anterior quiere decir que el director comercial debe, necesariamente, programar y distribuir su agenda para disponer de suficiente tiempo para ir al “campo de batalla”. Dentro de esta función, una de las tareas clave del director es la de acompañar a los integrantes del equipo comercial en las visitas programadas de sus respectivas zonas o distritos de actuación.

Estas visitas de acompañamiento pueden tener múltiples propósitos:
Entrenamiento de los comerciales.
Venta a nuevos clientes.
Demostración de métodos de venta de nuevos productos.
Motivación.
Evaluación de la profesionalidad del comercial.
Análisis de las estadísticas de venta.
Recopilación de precios, noticias del mercado y/o actividades de la competencia.
Verificar el nivel de satisfacción de los clientes.
Verificar la exposición de los productos de la empresa en el punto de venta.
Actividades de relaciones públicas con clientes clave.
Solucionar problemas.
Enfrentar situaciones de impago.
Y un largo etcétera.

Entre todos estos posibles propósitos del acompañamiento de los comerciales, existen cuatro áreas que destacan por su impacto en los niveles de eficacia y eficiencia del equipo:
1.      Formación.
2.      Venta de nuevos productos.
3.      Motivación.
4.      Evaluación.

Veámoslas, aunque sea brevemente, por separado.

FORMACIÓN
La formación puede ser estar dirigida a ampliar, profundizar y/o consolidar aspectos específicos de las funciones del comercial, entre ellas:
Mejora de las habilidades de presentación y negociación con los clientes.
Perfeccionamiento de las habilidades para un eficaz desarrollo de las entrevistas de venta.
Uso de argumentarios y otros apoyos a la venta.
Desarrollo de una visión de marketing (venta de valor).
Evaluación de la capacidad de uso y aplicación de:
-          Instrumentos del marketing operativo.
-          Participación del comercial en los esfuerzos promocionales.
-          Habilidades para las relaciones interpersonales.
Mejora del conocimiento sobre las necesidades del cliente;
Mejora de la capacidad del comercial en la gestión de clientes.
Capacidad administrativa y organizativa: programación y distribución de su tiempo.

VENTA DE NUEVOS PRODUCTOS O SERVICIOS
Es completamente necesario y está demostrado que, en el lanzamiento de nuevos productos o servicios, el director comercial debe cerciorarse personalmente de que los comerciales utilizan los argumentos correctos desarrollados para los nuevos productos. La experiencia ha comprobado infinidad de veces que las reuniones generales y la entrega de catálogos, opúsculos, instructivos, manuales, aunque válidos y útiles, no son suficientes para garantizar que los integrantes del equipo comercial sabrán hacer una presentación eficaz y efectiva basada en los argumentos del producto o servicio. Es necesario recordar que todo nuevo producto o servicio genera de inmediato una serie de dudas en la mente de los comerciales: ¿funcionará, hará todo lo que promete, es el precio justo, podrá la empresa garantizar las entregas?, etcétera.

Si esas dudas no se resuelven, la presentación del producto no será hecha con la debida convicción, soltura, naturalidad y eficacia. Esto es especialmente cierto cuando se trata de un producto” difícil ” que no recibe una aceptación inmediata por parte de los clientes. Si el comercial no es “llevado de la mano” en este proceso inicial, siempre tendrá dificultades para proponer el nuevo producto o servicio de la forma correcta. Además, psicológicamente, el comercial quiere saber si su director cree realmente en el nuevo producto, antes de creer él mismo.

MOTIVACIÓN
Si se trata de un problema personal, deberá ser empático y alinearse con las necesidades de su comercial, mientras que si se trata de un problema profesional ( por ejemplo, el comercial no cree en el producto que vende) el director deberá poner en práctica todas las soluciones posibles para resolver de manera definitiva el problema. En el caso de bajo nivel de creencia y motivación hacia el producto o servicio, se deberán comprender las razones que las generan, ya que pueden deberse a falta de competencia por parte del comercial, o a una capacidad insuficiente para llevar a cabo el análisis de las necesidades de los clientes durante el ciclo de la venta.

EVALUACIÓN
El supuesto, del que necesariamente hay que partir, es el de un comercial que tiene bajo rendimiento. La responsabilidad principal es de la empresa que lo incorporó en el equipo y que,más tarde, no ha sabido o podido invertir para corregir sus debilidades profesionales y fortalecer sus habilidades y destrezas. Por lo tanto, en este punto, la tarea del director consiste básicamente en realizar un análisis objetivo del nivel profesional del comercial utilizando como criterios de evaluación las competencias y habilidades que vimos en detalle en el artículo de esta misma serie titulado “Las 8 competencias clave de la formación continua del personal comercial”; es decir:
1.      Competencias técnicas.
2.      Capacidad relacional.
3.      Organización personal.
4.      Convicción.
5.      Inteligencia emocional.
6.      Liderazgo.
7.      Profesionalidad.
8.      Motivación.

Utilizando estos ocho criterios o parámetros, el director puede elaborar una ficha de evaluación con la que cada comercial pueda ser calificado, criterio a criterio, en una escala de 0 a 10 o de 0 a 100.

Mantener la serie histórica de estas evaluaciones individuales permitirá al director tener una visión más objetiva y precisa de la evolución de cada integrante de su equipo a través del tiempo y, en consecuencia, tomar decisiones más acertadas y equilibradas.

Autor: Juan Carlos Alcaide